30 de octubre de 2015

Mañana el Indio Ortega

En la foto el Indio conecta brutalmente a Basilio
En la cartelera de boxeo de mañana en Tijuana, que estelarizarán Chon Zepeda y José Alfaro, está programado el local Edivaldo Ortega a quien todos conocemos como 'el Indio'.

Buen momento para decirles a ustedes que el apodo lo toma de un Indio Ortega original que destacó en Tijuana, en México y en el mundo hace ya años, con precisión en las décadas de los cincuenta y los sesenta.

Gaspar Ortega, el Indio, había nacido en Mexicali, pero su larga residencia en Tijuana hizo que se lo considere una gloria local. Welter y superwelter, hizo 200 peleas y destacó al más alto nivel. Se la rajó, como decimos los del boxeo, con los mejores de su tiempo.

Si mi información es buena vive todavía, con 79 años de edad.

El Indio fue una celebridad en ese tiempo, cuando en Tijuana era ídolo también Kid Irapuato, un tal Ramón Pérez él, que peleó con el Ratón Macías y le ganó a Billy Peacock. En cuanto a Ortega, enfrentó a Nino Benvenuti, a Sandro Mazzinghi, a Emile Griffith, a Carmen Basilio, y les ganó a Benny Kid Paret y a Kid Gavilán.

¿Hace falta que les diga que en este tiempo de títulos fáciles hubiera sido campeón del mundo 5 o 6 veces?

Otro dato interesante es que fue tutor del exréferi (y ahora comentarista de boxeo) Joe Cortez.

Gaspar Ortega perdió cerca de cuarenta peleas, pero ganó 160 o 170, en aquellos fieros tiempos cuando todos peleaban con todos, cuando se iba a domicilio porque los récords no se cuidaban con el celo del presente, y cuando los espacios para prepararse eran ninguno porque se peleaba cada semana si era menester.

El nuevo Indio Ortega, Edivaldo, que pelea mañana, es zurdo y marcha invicto en 22 peleas. Tiene enormes condiciones para este oficio y es deseable que le vaya bien. No sólo por él sino porque con su apelativo ayudará a perpetuar el nombre de aquel grande de los cuadriláteros, injustamente olvidado.

24 de octubre de 2015

Golovkin buenísimo, pero no vende

Hay boxeadores como Gennady Golovkin. Hay vinos, hay ropa, hay películas, hay cantantes y hay personas de calidad indiscutible que no enamoran ni seducen a grandes colectivos.

El kazajo Gennady Golovkin le ganó hace pocos días a David Lemieux y vendió 150 mil pagos por ver. El Canelo vende un millón, Manny Pacquiao vende dos millones y Floyd Mayweather vendía tres millones o más.

Lo de Golovkin me recuerda lo de Larry Holmes, nunca apreciado en su tiempo, ni después, a pesar de su calidad y de la presunción de invencible que lo distinguía. Holmes, como Golovkin, era agresivo, de modo que ni siquiera entran en el departamento de los que pelean sin mucha acción como los Miguel Canto, los Nicolino Locche, o los Hilario Zapata.

La calidad y la seducción van por caminos separados. Acorralado por su edad, 33 años, Golovkin no tiene una década por delante. Quizá tenga 2 o 3 años para hacer fama y dinero, que suelen ser los objetivos principales de quienes están en este oficio. En México la pelea González-Viloria fue vista por un auditorio más numeroso que la GGG - Lemieux. Que no me digan que el triple G vende poco porque no es gringo, porque el Chocolate tampoco lo es, y si éste llama la atención por una segura pronta pelea con el Gallo Estrada, el kazajastano también la llama porque podría vérselas con el Canelo.

El futuro del gran peso medio (campeón o no campeón no importa, porque el reparto de títulos en esta época es infame) se constriñe a cotejar con el ganador de Cotto - Canelo, y no mucho más. Nada sólido, nada planetario y loco. No hay una pelea que se espere como en aquellos tiempos se esperó Chávez - Macho Camacho o, más cerca, el fiasco Mayweather - Pacquiao.

"No siempre el número 1 es el mejor", titula hoy mismo en La Nación de Buenos Aires el gran Osvaldo Príncipi hablando de este tema, y cuestionándose, como yo, la inexplicable levedad de Gennady Golovkin en el estrellato. Tiene razón Osvaldo, el número uno, el campeonato, el título, es una búsqueda. El mejor en cualquier actividad puede no ser el circunstancial número 1. Por eso la importancia que tenían las clasificaciones, los famosos rankings, en el boxeo, hace años, cuando la búsqueda y hallazgo del mejor era una labor de inteligencia inclaudicable. De buenas clasificaciones, e ineludibles, salió por ejemplo Julio César Chávez.

Eso ya no existe, claro, porque las limitaciones de los dirigentes de los sacrosantos organismos es proverbial, porque los boxeadores grandes deciden ellos con quién pelear, sin hacer caso a las clasificaciones, y porque para algún pinche organismo que ya ni quiero recordar ahora hay 'supercampeones' con lo que le pusieron un superlativo al superlativo para estafar.

El futuro de Gennady Golovkin dirá si logra romper la inercia y confirma su calidad convenciendo a las multitudes. Parece que lo merece, atendiendo a sus logros. Hoy, todavía, su escasa popularidad está en deuda con su calidad.

Triste pero real. Como que un periódico vende más con una cabeza dedicada al Chapo Guzmán que a un estudio minucioso de la poesía de Alfonso Reyes.

22 de octubre de 2015

Pesos, catchweaight y el Canelo

El Canelo Álvarez declaró que una eventual pelea suya con Gennady Golvokin será en un peso pactado de 155 libras (70,306 kilos), o no será. Explicó que su constitución física no le permite pelear más arriba sin dar ventajas.

Lo anterior causa ahora un tremendo revuelo en las redes sociales, un poco porque no todos entienden cómo funcionan los 'catchweight', que se han puesto de moda, y otro poco porque muchos dicen que el Canelo primero debe ganarle a Miguel Ángel Cotto y después pensar en Golovkin.

Los púgiles actuales son muy celosos del gramaje que deben dar y exigir en las peleas, y tal vez tengan razón porque el asunto peso es fundamental para decidir los resultados de las peleas, y en la élite del boxeo los resultados favorables o no se juegan millones de dólares.

Nadie recuerda que hubo otros tiempos y otros hombres del ring, y que Stanley Ketchel le dio 17 kilos de ventaja a Jack Johnson (Stanley era peso medio) y no halló obstáculo para depositar en la lona al gigante de Galveston. Después Johnson se levantó y le arrancó la dentadura, pero esa es otra historia.

El público cuestiona por qué Canelo y Golovkin pelearían en 155 si el límite es 160, ignorando que no hay que pelear en el límite sino dentro de la división, y que 155 es peso medio.

Los pesos pactados son sólo una herramienta del boxeo y no interfieren con las parcelas reglamentarias que dividen los pesos establecidos. Corre por cuenta de los interesados pelear en tal o cual marca siempre y cuando no se excedan de lo permitido. Yo no les puedo responder a los muchos que me preguntan si GGG puede dar 155, o si lo perjudica hacerlo, porque no estoy cerca de su preparación, ni soy su médico, ni su entrenador.

No habría objeciones reglamentarias para lo que pide el rojo boxeador de Guadalajara, pero se trataría de un 'catchweight', es decir un peso pactado, que ya queda a lo que resuelvan las negociaciones entre las partes. El kazajo Golovkin jamás ha registrado menos de 158 libras.

Las noticias que recibió GGG tras su reciente pelea con David Lemieux fueron especialmente malas, si de pensar en una futura pelea con Álvarez se trata, porque éste es el mayor vendedor del boxeo y él no vendió casi nada. A la hora de sentarse a negociar el fuerte para exigir será el mexicano.

17 de octubre de 2015

Golovkin-Lemieux, los enigmas de la pelea

¿Será la de hoy una pelea fácil para Gennady Golovkin como sugiere una vista superficial de los antecedentes de cada uno?

La frase de que 'todo puede pasar sobre el ring' está tan manoseada que todos lo saben, pero tengámosla en cuenta una vez más, especialmente antes de esta pelea. Golovkin y David Lemieux jugarán todo su poderío en el más celebre de todos los cuadriláteros, el del Madison Square Garden.

Los dos pelean, los dos buscan y encuentran. Los dos son hábiles para causar daño. Usted olvide los riesgos que ofrecen algunas peleas, ésta es de calidad garantizada. Una moneda al aire que decide un pedazo de gloria deportiva eterna.

Estoy de acuerdo con los que señalan que el kazajo es demasiado bueno e inteligente para David Lemieux, pero es necesario recordar que el canadiense de Montreal es fuerte y pega con las dos manos. He pensado en ocasiones que cuando pega con justeza es más un petardo que una bomba. Atonta sin romper, pero esto es hilar tan fino que no lo sabemos con certeza indubitable. Puede ser o puede no ser. De petardo a bomba puede transformarse en la precisión de un golpe que nunca sabemos cuándo llega.

Lo que sí deseo enfatizar es que sería un error medirlo por su derrota con el Veneno Rubio. Ese insuceso en la carrera de Lemiux no tiene nada que ver con lo que va a ofrecer en esta pelea.

El canadiense derribó a Hassan N'Dam N'Jikam nada menos que seis ocasiones, pero no logró sacarlo de la pelea. Hay que tenerlo en cuenta porque como dice el dicho "no está muerto quien pelea" o, como dice la frase feliz de Tom Schreck (que hoy será juez en la González - Viloria) en su libro 'Contra las Cuerdas': "Que estés en la lona no significa necesariamente que la pelea ha concluido".

La capacidad de fuego de David Lemieux se crece cuando es sabido que GGG no se especializa en hacer de su defensa un valladar inexpugnable.

Golovkin no se defiende, o, en todo caso podemos mejorar este concepto diciendo que su única defensa es el ataque, pertinaz, obsesivo, borde-letal. El especialista inglés Graham Houston, famoso pronosticador (que pronostica Golovkin por KOT 8), me dijo hoy "va a ser una pelea del tipo Zale - Graziano, y los que conocen la historia de estos dos bárbaros combatientes recordarán lo que pasó en sus tres enfrentamientos, que siempre terminaron por nocaut. Por algo a Zale le decían 'la pieza de acero más dura de Gary', y ustedes saben que Gary, Indiana, de donde era nativo, es ciudad conocida por su producción de acero.

De Gennady Golovkin espero un cambio de estrategia para los primeros rounds. Con seguridad evitará el palo y palo desde el principio, porque ese frenesí beneficiaría a Lemieux mientras la pelea sea joven. Lemieux es agresivo y mantiene los guantes arriba para una guardia muy cerrada, con lo que imagino que GGG se moverá, esperará, contragolpeará con máxima cautela hasta ver por dónde se abre una ventana. Después de algunos minutos sí, el vendaval que es triple G desatará su furia contenida y probará si Lemieux es capaz de resistir o contesta buscando matar.

Es pelea de nocaut, no muy temprano quizá. Para no parpadear. Nos tendrán al filo del paroxismo, al borde del abismo.

El boxeo cuando es en serio embelesa y paraliza.

15 de octubre de 2015

Montiel perdió luchando

"Ahora lo sé, 36 años es la edad del retiro para los boxeadores", declaró Muhammad Alí el 15 de febrero de 1978 tras perder en el Hilton de Las Vegas con León Spinks, 11 años menor y de sólo 7 peleas profesionales, no todas ganadas.

Con 36 años Fernando Montiel, el Kochul, que no había nacido cuando Alí sentenció su anatema, perdió ayer en Glendale, Arizona, con el galés Lee Selby en ajustada decisión que decidía el propietario del título mundial pluma.

El Kochul peleó de igual a igual a un Selby ocho años menor, repartió rounds casi hasta el final, y se entregó al límite de sus posibilidades buscando una hazaña que por momentos pareció cercana. Pero tarde en la pelea le fallaron las piernas, el recurso infiel de los boxeadores, lo que primero se va cuando avanza el tiempo y la juventud se escapa. Sin piernas no se puede pelear. Las plantas de los pies apoyadas plenas en el piso no permiten trasladarse como se requiere para permanecer en el primer nivel, correr, saltar, salir, entrar, esconderse, sorprender, encontrar ángulos de disparo, estar donde hay que estar con resorte y con presteza.

Selby es un campeón escaso, avaro, aburrido. 'Utilitario' le llamamos en el boxeo a los que hacen justo lo que necesitan para ganar y se niegan a hacer algo más. No desperdicia nada. Uno lo ve y piensa "este tipo no come huevos por no tirar la cáscara". No hay después de verlo ganar el deseo de imaginar su próxima pelea para repetir el banquete.

Fernando fue campeón por primera vez en 2000, y a lo largo de estos muchos años participó en 21 peleas de campeonato del mundo, de las cuales ganó 17. Es un pilar del boxeo mexicano y acaso su carrera hizo cumbre aquella noche de Tokio, cuando lo acompañamos con el equipo del Box Azteca Team. Con la solvencia de un inmortal noqueó barbaramente al local y favorito Hozumi Hasegawa, en cuatro rounds, en la noche inolvidable del 30 de abril de 2010. Japón no lo podía creer y nosotros tampoco.

No sé si el Kochul anunciará su retiro pronto, o se empeñará en seguir peleando. Lo ideal en el boxeo es decir adiós cuando ya no hay nada importante que agregar a lo conseguido, y sobre todo no restar. A los peleadores les cuesta despedirse, porque es traumática la evidencia de que vamos dejando de ser el mejor que fuimos, y una despedida hace patente con demasiada crueldad lo inevitable.

En cualquier caso a Fernando Montiel no le quita nadie el haber sido uno de los grandes de nuestro boxeo. Anoche no perdió con Selby, perdió con el paso del tiempo.

13 de octubre de 2015

Gennady Golovkin entre los pesos medio

Gennady Golovkin es hoy una sólida promesa de boxeador histórico entre los pesos medio, una categoría insigne en el boxeo profesional. Marvin Hagler y Bernard Hopkins han quedado atrás y la división reclama un nuevo héroe.

Golovkin tiene 33 años y no es todavía ni Hagler ni Hopkins, pero podría llegar a ser sobresaliente si no se desvanece en el camino. El sábado enfrentará a David Lemieux, un canadiense interesante pero no muy convincente, y todo parece indicar que si gana lo que sigue para él es apuntar al ganador de Cotto-Canelo.

El zurdo Hagler sigue siendo un gran punto de referencia para la gente cuando se trata de hablar de los medianos, aunque lo es por cuestión generacional. El gran público no recuerda con facilidad a Harry Greb (que fue el mejor), a Robinson, a Mickey Walker o a Tony Zale. Marvin Hagler no entra entre los mejores diez pesos medios de la historia, ni siquiera admitiendo que fue fenomenal, no por limitación alguna sino por la inmensa gloria que habitó esta división.

Delante y detrás de Hagler hay inmortales si hacemos una lista de los mejores 160 libras. En mi opinión él aventaja a Jake LaMotta, a Gene Fullmer, a Joey Giardello, a Tommy Ryan, a Tiger Flowers, a Jack Dempsey y a Bob Fitzsimmons, y queda rezagado contra Carlos Monzón, Stanley Ketchel, Marcel Cerdán, Rocky Graziano, Carmen Basilio, Freddie Steele y los que nombré en el párrafo anterior.

Pero el pasado es pasado, y el mundo gira. Vendrán nuevas figuras, porque vienen siempre. No sabemos con precisión cuál es el techo de Gennady Golovkin, que un día le ganó a Martín Murray y otro día venció al Veneno Rubio. Los parámetros no son rigurosos y por eso lo seguimos observando.

Es imprescindible ver su pelea del sábado y volver a ajustar el juicio que nos merece. Sobre todo porque si después, en unos meses, va en peleas mayores, el mundo se hará un solo observador planetario para decidir si Gennady es otro inmortal del cuadrilátero. Y si lo es, bienvenido sea.

4 de octubre de 2015

El fracaso de Lucas Matthysse

Podemos hacer una lista de centenares de peleadores inferiores a Lucas Matthysse que fueron campeones del mundo, objetivo que al argentino le ha sido esquivo en dos oportunidades, y que a sus 33 años de edad ve alejarse quizá sin remedio.

Perdió ayer con el ucraniano Víktor Postol, fue noqueado por primera vez en su vida, y desilusionó a sus paisanos que daban por descontado un triunfo para anotar el número 38 en la historia de sus campeones. Retirado ya Maravilla Martínez, con el Chino Maidana sin decidir su futuro inmediato, Argentina ve peligrar su vigencia en el gran boxeo mundial porque la lectura que deja esta derrota inesperada es que tal vez Lucas no está destinado a triunfar en los momentos clave.

El uruguayo José Laurino, médico e historiador de boxeo, abordaba este tema con autoridad y en su libro 'Boxeador, máquina de pelea' hablaba de la 'nikefofia', o temor al éxito, que se convertiría en el peor enemigo de algunos deportistas cuando llega el día D. Sigmund Freud habló de ellos señalándolos como 'los que fracasan al triunfar'.

Lucas Matthysse pertenece desde hoy a la multitudinaria comunidad de los que no lograron habitar en el éxito porque se quedaron en el umbral. Como la Cobra Colbert, como el colombiano Mario Miranda, como en Argentina el mendocino Manuel González, Del Valle Herrera y Martillo Roldán; como en México Roberto Rubaldino.

Le perdono todo al Lucas Matthysse ser humano, porque cuando no se puede no se puede, y es una mentira la frase miserable que dice que lo que importa no es competir sino sólo ganar. Sin embargo, me uno a los desencantados con el Matthysse-boxeador que en ninguna de sus dos peleas titulares perdió porque sus rivales fueran una maravilla o mejores que él en teoría al ponerlos bajo la lupa.

Matthysse perdió ayer, contra Postol, como aquella vez anterior, contra Danny García, porque hizo peleas pobres que no estuvieron a la altura de sus hazañas de otras noches.

La administración de su equipo en aquella pelea con García fue un compendio breve y contundente de cómo no deben hacerse las cosas, y lo de ayer fue un rendimiento escaso, pusilánime, de quien se esperaba que parado frente a la mayor oportunidad de éxito en su vida, la tomara para sí sin pedir permiso y con la autoridad y el desenfado de un verdadero campeón.